Romeria del Cristo del Paño
Cristo del Paño
Moclín es escenario de una de las manifestaciones religiosas más clásicas de Andalucía: la romería del Cristo del Paño el 5 de Octubre.
El Cristo no es una talla, sino un lienzo de grandes proporciones que fue regalado a la Villa de Moclín por los propios Reyes Católicos. Su nombre, proviene, al igual que su fama y popularidad, de un siglo más tarde, cuando se le atribuyó la curación milagrosa de un sacristán que tenía la vista casi perdida por cataratas. Esta enfermedad era conocida antiguamente como “enfermedad del paño” y un buen día el sacristán recuperó la vista mientras limpiaba el cuadro. Fue a partir de entonces cuando empezaron a acudir este día a Moclín enfermos de todo tipo en petición de remedio para sus males. Pronto se divulgó entre los peregrinos la leyenda de que el Cristo poseía determinadas propiedades contra la esterilidad femenina. Fue en ella donde Federico García Lorca se inspiró para su célebre obra de teatro “Yerma”.
Actualmente su multitudinaria romería se sigue celebrando dicho 5 de octubre, siendo miles de romeros los que se acercan a Moclín y a su santuario. Santuario que está abierto durante todos los fines de semana del año y que se encuentra en las faldas del Castillo, siendo estos dos elementos culturales y turísticos unos de los más visitados de los pueblos de Moclín, ideal para familias, deportistas, peregrinos, grupos y pasar unos días rodeados e inmersos en Historia y paisaje de la zona.
Cada año congrega a miles de peregrinos y romeros que acampan en las inmediaciones del castillo, presidido por la iglesia. El lienzo, de gran tamaño, es una recreación de un Tiziano que se conserva en El Escorial y que fue encargado al pintor italiano por Felipe II para su oratorio personal. La devoción hacia esta imagen, según cuenta la Historia de Moclín, arranca de un milagro por el que uno de sus habitantes habría sido curado de la enfermedad del paño (Cataratas) que le impedían su visión. También esta romería inspiró a Lorca en su obra Yerma (1934) y la incluyó en “Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores” (1935).